Ella es una buena amiga: sincera, alegre, ordenada, divertida... Se porta muy bien con nosotras, nos quiere, nos cuida, nos sonrie. Perderla es el último objetivo en el que pensamos. La conocemos desde hace mucho, sobre todo Natalia. Y me gustaría destacar una cosa que hizo por una del grupo, por Leyre, concretamente. Era una mañana de verano, el suelo estaba húmedo, y andubimos por un camino cubierto de barro. Íbamos en bicicleta, para dar una vuelta, pero algo ocurrió. Las bicis se pararon, estaban llenas de barro y no se podían mover. Así que Leyre bajó al canal de Arenzana, confiando en sí misma. Tiraba mucho la corriente y se cayó. Calada de pies a cabeza y preocupada, se la llevaba la corriente. Natalia se reía, pero Raquel, agarró a Leyre fuertemente del brazo y consiguió subir, sana y salva. ¡Eso si que es tener a una buena amiga! Que salvó a una persona de la muerte, porque si se la habría llevabado la corriente raramente habría salido de allí con vida. Aunque las cosas no acabaron allí, nos montamos en las bicis, que seguían arrastrando barro, bueno, ahora menos, ya que utilizamos la poca agua que ella llegó a coger. Continuamos pedaleando, rápido, para llegar lo más pronto posible a casa, y que Leyre se cambiara de ropa, porque, aunque se puso al sol, no se le secó ni una gota. De pronto, Leyre, que iba a toda pastilla tropezó en un charco, lleno de barro y se manchó, más aún. La verdad es que fue un día bastante duro, sobre todo para ella.
Y todas recordamos los días que íbamos a su piscina (a la de Raquel), que risas nos echábamos. Comíamos palomitas, nos tirábamos, hacíamos pase de moda, y el juez era Hodei; bailábamos, contábamos chistes... Tantas cosas que recordar. Pero no se nos han olvidado esos días que acudíamos a la ciberteca en busca de diversión, y veíamos cada cosa...
En su casa también pasábamos mucho tiempo: una vez hicimos un restaurante, y la comida se guardaba en un iglú, varias veces jugábamos con los muñecos (cuando erámos más pequeñas), ahora seguimos jugando con los juegos de mesa. Este verano organizamos un club de agentes con poderes. Nuestros móviles eran de papel, pero bueno. También jugábamos al escondite, que nos escondíamos en los armarios, principalmente. Otras veces a la que se avecina, en su piscina. Hacíamos el "mira, gollo, del montepinar" ,lo hacíamos de tres en tres, y la última llevaba sorpresa... o interpretábamos escenas de este programa.
Varias de nuestra cuadrilla nos apuntamos a clases de teatro, donde nos aprendíamos un papel. Actuamos perfectamente. Jajajajaja. El club de la comedia... Y a la ludoteca todos los años ¡Que cosas!
Y eso amor, que te queremos un montón. No nos olvides ,princesa, y ten seguro que nosotras a tí tampoco. Un beso.
—————